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EL ENTUSIASMO COMO MOTOR DEL SER HUMANO

EL ENTUSIASMO COMO MOTOR DEL SER HUMANO “Somos lo que hacemos con nuestro tiempo” escribía hace unos días, comentando que una persona destaca y desarrolla por encima de lo común aquella tarea a la que dedica todo su tiempo. Aspectos como su título académico o la carga genética no influyen tanto, según yo creo entender. Lo importante parece ser el tiempo dedicado, la experiencia que proporciona el esfuerzo constante aplicado al desarrollo personal. Sin embargo, habría un problema a la hora de realizar este esfuerzo constante y es nuestra propia naturaleza, tan preocupada por la satisfacción de nuestras necesidades inmediatas: hambre, sueño, placeres... Estamos rodeados por estímulos que son capaces de arruinar nuestra concentración, requisito tan deseado para la obtención del progreso personal. Supongo que cada uno conseguirá la concentración usando sus propios métodos, habrá a quien no le resulte costoso lograrlo, habrá a quienes sí, quienes tal vez necesiten recompensas adicionales para sentirse motivados, el objetivo, al final, es concentrarse.

La concentración es el verdadero motor de la comprensión. Valen más quince minutos de aprendizaje en el que la mente está concentrada que horas de divagación, que equivaldrán a horas echadas en balde. La concentración es el primer elemento imprescindible, después vienen otros como la asociación mental de lo aprendido y la puesta en práctica. Se aprende lo que se asocia, se asocia lo que se practica, porque practicando se producen una infinidad de sensaciones que ayudan a retener en la mente las ideas que perseguimos.

Y todos estos requisitos pueden cumplirse fácilmente cuando una persona está bajo un estado anímico especial: el entusiasmo. Una persona entusiasmada por lo que hace alcanza el mayor grado de concentración, asocia con la mayor facilidad y practica con el mayor tesón. Es el entusiasmo el mejor estímulo para la persona. Repasando biografías de grandes artistas o personalidades humanas, hay un rasgo que comparten: esa gran cantidad de tiempo que han dedicado llevados, en gran número, por la pasión hacia sus actividades. La historia habla de innumerables personas a las que las circunstancias le obligaron a entrar sus páginas, pero también de ese otro grupo de gente que ha destacado y ha logrado sus propios párrafos por derecho propio. Y si ellos no han entrado, sí lo han hecho sus obras.

Edison construyó unas dos mil bombillas antes de dar con una que funcionara y dedicó toda su vida a la creación de inventos sin importar el número de fracasos previos. Alejandro Magno se lanzó a la conquista del mundo llevado también por unas ideas que le poseían. La abolición de la esclavitud en los países occidentales fue defendida por gente entusiasmada por sus creencias y la segunda guerra mundial fue causada por alguien en el que hervía el mismo sentimiento.

Los humanos notamos esa emoción en las personas a las que escuchamos y nos dejamos atrapar por ellas, ignorando a los que no tienen ese brillo en los ojos. Es el entusiasmo uno de los grandes motores de la humanidad, de los grandes cambios en la historia, de las proezas humanas, de los hallazgos científicos. Y si no se aspira a llegar a tanto, se puede considerar simplemente la llama que permite el desarrollo de una persona. Habla con alguien y averigua qué le apasiona y entusiasma, encontrarás no sólo aquello en lo que puede alcanzar su máximo potencial, sino también lo que lo hace único y digno de maravilla, lo que lo hace especial. A todos hay algo que nos entusiasma, eso es lo que nos hace extraordinarios y ese algo es fácil de encontrar en los demás.

3 comentarios

Ana* -

Oye, esta entrada te ha quedado muy bien. ¡Me ha entusiasmado! En serio, yo no entiendo muy bien a quien no tiene ilusiones, siendo yo una ¿como es? ¿idealista-no-sé-cómo? je, je,je. Soy una convencida de que siempre se puede mejorar, a cualquier edad. Fïjate, el otro día, con lo del tema mío de estudiar, me dijo una persona: "eso déjaselo a los de 20". Me sentó un poco mal, la verdad. Así que añado un matiz, es importante el entusiasmo en uno mismo, pero también lo es no minárselo a los demás, creo yo. El mundo funciona a base de entusiasmo.

l'agüela -

No creas, no creas... lo que a mí me entudiasma es lo que menos satisfacciones y éxitos me reporta.
(me refiero al dibujo, nietecico, que eres un malpensado)

rosebud -

entusiarmarnos para descubrir el sentido...