PATENTAR EL SOFTWARE ES CAPITALISMO
Con el gran rechazo a la directiva de patentes de software los más beneficiados somos nosotros. La ciudadanía sigue con los medios necesarios para crear su propio software sin intervención de terceros y las pequeñas empresas pueden desarrollar sus ideas sin ser explotadas por ello. Los programas de código fuente abierto siguen desarrollándose y ofreciendo la más alta calidad gratuitamente, fruto del esfuerzo de personas dedicadas a superarse a sí mismas y a superar el software empresarial imperante, a quien no le importa la calidad sino la búsqueda del monopolio. No es necesario lucrarse para poder ofrecer un producto de calidad, basta simplemente la auto-motivación y la pasión aplicada a la programación.
Programar código fuente abierto no es comunismo, como nos recuerdan nuestros amigos de Microsoft, es más bien un acto de creación, de superación y de libertad.
Programar código fuente abierto no es comunismo, como nos recuerdan nuestros amigos de Microsoft, es más bien un acto de creación, de superación y de libertad.
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