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Atlante

El reino de los fantasiosos.

El reino de los fantasiosos. Antes y durante la época de las cruzadas no existía un medio de difusión de sueños como éste: el cine. La representación de historias era llevada a cabo por un puñado de personas o una sola. Se cantaban entonces hazañas o se teatralizaban rodeados de gradas de piedra. Por aquél entonces, las historias eran igual de imaginativas que las que ahora vemos en pantalla. No había mucha diferencia, en cuanto a fidelidad a la realidad, entre las proezas de los héroes mitológicos y éstos que nos construyen ahora y lo cierto es que ni antes ni ahora, los autores de fantasías épicas trataron de buscar la lógica, tan sólo el impacto emocional que debían de producir en las personas.

En los inicios del cine los guionistas exploraban el medio y algunos pensaban que la calidad literaria, el fiel reflejo de la realidad, la recreación histórica o la reflexión sobre la naturaleza humana o social resultarían interesantes y les permitirían escribir guiones que pasarían a la posteridad. Hoy, parece que esas no son buenas opciones. Tras tantos años de estudio de los espectadores y sus necesidades se ha dado con la fórmula mágica que permite crear historias de impacto y acumular grandes ingresos. Lo que se está haciendo no es nuevo, pero se usan mejores herramientas. Se trata, en realidad, de crear fantasías y hacer que la gente las viva.

Fantasear es una cualidad innata en el ser humano y nos acompaña desde niños. Para algo ha de servirnos puesto que al tenerla todos, demuestra haber sido evolutivamente rentable, es decir, ha permitido al ser humano avanzar en la conquista del entorno. Las fantasías heroicas, como la de esta película, nos presenta al gran hombre que todos quisiéramos ser obteniendo lo que siempre nos habría gustado conseguir. La fantasía parece despertar nuestros deseos de ser mejores y alcanzar lo que la realidad no nos permite.

Pongo arriba la carátula del reino de los cielos porque es el último film que he visionado en una pantalla panorámica que cumple esas características. El director, Ridley Scott, se ha metido en un proyecto que nos hacía creer que disfrutaríamos de otra historia como Gladiator, que ha creado mucha más repercusión que la que ésta podrá lograr.

El general Máximo Décimo Meridio y Valiant el herrero son ambos grandes héroes, pero son protagonistas de películas de estilo bien distinto. El primero, parte como un gran hombre que sufre un revés del destino y acaba sumergido en la miseria, entre la que tiene que luchar, en condiciones muy duras, para conseguir su venganza ante el emperador. Valiant parte de una situación muy dura, y lucha en una tierra inhóspita por aquellas personas que en ella habitan. Su situación sin embargo enseguida se hace cómoda. Pronto olvida sus penas anteriores y se arroja al catre con una hermosa dama, mientras la gente lo mira con admiración por el potencial que comienza a desarrollar. La diferencia estriba, como digo, en que Máximo se enfrenta a condiciones más duras y sus logros por tanto son para nosotros más valiosos. Valiant es más bien un tipo poco creíble y poco meritorio.

Los dos cumplen el requisito más importante para despertar la fantasía en los espectadores: son capaces de grandes proezas. Son líderes natos. Lo son, porque saben siempre lo que hay que hacer y no se equivocan al decidir. Poco puede un solo hombre cuando todo un ejército le amenaza, pero cuando el grupo al que pertenece es comandado por alguien especial, que sabe cómo actuar con decisión, transmitir esa misma decisión a los demás y elegir el mejor medio para lograr sus fines, las posibilidades de éxito se multiplican hasta el infinito. Máximo y Valiant son ejemplos de esos hombres imaginarios. En la realidad, estudios de psicólogos demostraron que los hombres más decididos, se equivocan más que los no decididos. Los primeros son igual de humanos que los segundos y por tanto se equivocan, pero las personas decididas actúan más veces que las inseguras, aumentando sus posibilidades de error (alguien me podría decir y le daría la razón, que temer actuar es ya un error en sí mismo, pero el caso es que la figura del líder capaz de hacerlo todo bien es imaginaria).

La fuerza de esas películas se basa, entonces, en la credibilidad que tiene el protagonista para representar el arquetipo de líder. La figura del héroe esta ahí. El resto de la representación tiene por sentido darle credibilidad y un escenario épico donde desarrollarse.

Máximo Décimo dirige a sus gladiadores elegidos al azar, curiosamente todos con experiencia militar en el ejército romano, contra oponentes mejor pertrechados. En clara desventaja. Para el guión, no tiene ninguna importancia esa casualidad que roza el absurdo. Tampoco la tiene que el general viaje de los países nórdicos a Hispania a caballo y herido. Que llegue a su antiguo hogar y vea a su familia muerta y entonces sea esclavizado y llevado hasta otro confín del mundo para convertirse en gladiador. En el reino de los cielos. No importa que el héroe pase de herrero a estratega militar excepcional, capaz de ganar todas sus primeras batallas contra generales experimentados.

La coherencia no importa. El contexto histórico sólo sirve para hacer atractiva la historia, para desarrollar las proezas en un marco familiar, pero no tiene sentido respetarlo. Los ideales del protagonista se usan para facilitar que los espectadores se identifiquen con él (en el caso de Valiant, su humanismo contrario al fanatismo eclesiástico, que es lo único que a mí me hizo divertirme durante el visionado). Lo que hace que se estrenen películas como ésta, son los millones de dólares que arrastra una figura heroica, que haga a los espectadores fantasear y sentirse invencibles, decididos y aptos para el liderazgo y la admiración de masas. Este tipo de situaciones lo que parece demostrar es que a los humanos nos gusta fantasear y que gastamos mucho dinero para tener material con el que confeccionar fantasías. El cine no es la única industria que nos los facilita.

16 comentarios

Berenice -

Gracias, Atlante, por ponerlo, y por la información. Seguramente pocas pelis se ajustan a la realidad histórica, en cuanto tanto quieran ser peliculas comerciales.
Un beso.

Atlante -

Ya he puesto "el comentario rebelde", Berenice.

La película a la que te refieres es la caída del imperio romano:

http://www.uch.ceu.es/caleidoscopio/numeros/cinco/piquer.htm

Que tampoco parece muy fiel a la realidad, tal y como explica el autor de ese artículo.

Una frase del artículo:

"Obsérvese, que de nuevo, se pretende someter a la realidad histórica en beneficio de una trama argumental, obteniendo como resultado una película de ambiente histórico más que una película histórica."

Berenice -

Me ha gustado la que, supongo, parte irónica del comentario. Vi Gladiator, con cierta reserva, y me gustó. Hasta ahí estoy totalmente de acuerdo contigo. Hay otra película que retrata, históricamente hablando, mucho mejor la misma época. No recuerdo su nombre, pero creo que sale Sofía Loren, y aparece el personaje de Marco Aurelio, anciano y consciente de lo que va a suceder una vez haya dejado a Cómodo el poder. ¿Recuerdas cómo se llamaba?
Bueno, a lo que iba. Es una lástima que sea el dinero lo que mueve la fantasía. Antes era más fácil, ahora es más caro. Y no es fantasía, sino la imágen que otro me vende para que yo "vea" su propia fantasía, no la mía.
Poner imágenes a algo crea la imposibilidad de crearlas tú mismo. Leer una descripción no es lo mismo que ver la imágen real (o digitalizada) de esas palabras. Cuando se estrenó La historia interminable, me negué a verla. Luego tuve que tragar y "tragármela" Y no es lo mismo. Mi país de Fantasía, mi Sebastian, mi Nada, nada tenían que ver con lo que veía en la pantalla...
Respecto al rigor histórico, qué decir, que con los curriculos actuales, más vale que sean rigurosos historicamente en las pelis y los video juegos, por que me parece que esas van a ser las únicas fuentes históricas a las que van a acceder algunas de las próximas generaciones...
Ufffff.... voy a respirar....
Un beso enorme, y perdona la parrafada, pero no he podido evitarlo...
Por cierto, mi hijo ha visto el Reino de los cielos y por lo que me ha contado, no tiene ni pies ni cabeza el guión y el señor Légolas, con su cara de palo impasible, no da la imágen de héroe ni mucho menos. Me dice que los saltos en el guión, los cambios de tipo normal a superguerrero no tienen ni pies ni cabeza y que el señor Scott ha metido la pezuña con ganas.
Por cierto, este verano fuimos a ver el castillo de Loarre, para hacer boca, pero no creo que vea la peli, por lo menos en el cine. ¡Tengo mejores cosas que hacer con mi tiempo y mi dinero: coger una buena peli del video-club o comprarme un buen libro y poner en marcha mi imaginación, que para eso llevo años ejercitándola...
Ahora sí, un saludito y hasta la próxima...

Olyn -

Pues yo la vi el día del estreno, históricamente va acorde a lo conocido, menos el petróleo o aceite que lanzaban, no sé bien que era, pero en ese tiempo había no había plata para echar algo flamable.
Obviamente el héroe es un arquetipo yanqui (perdón por los que les gusten los yanquis :P) pero está hecho a la medida de su mentalidad, he ido con unas amigas y les ha encantado.
Pero yo prefiero siempre un Quijote o un "Principe Idiota".
Estuvo muy bien en general la peli, el único, único error fue Valiant... es que un templario, un caballero NUNCA tuvo lo que tuvo Valiant, solo en Corazón de Dragón existe xD

Hermione -

Oda, o sea, que el famoso diccionario Corominas es el diccionario cheli. Interesante.

Pues no me acuerdo, Atlante, de qué había escrito, pero sí, supongo que si pedía que borrases el repe, era porque lo vimos... no sé, me entra miedo...

Atlante -

Ok, eliminado el duplicado. Ayer no pude porque no me aparecían.

Son imaginaciones mías o se ha cargado los dos comentarios de golpe. Que pasen estas cosas en el blog... ¿es normal?

Odalys -

Ramón :)))

Hermione -

¿Es a mí? ¿Y a ti quién te ha enseñado ese vocabulario, niña? ;P

Odalys -

Pero qué morro tienes, tía! :)))

Hermione -

Hola Oda ¿No te he felicitado todavía? :))) FeliMHHHH MHHHH ¡¡¡no me amordacen!!!
Uy, Atlante ¿me borras ese repe que ha salido? 0:)

Atlante -

¿Enkidu tiene blog? Yo estaría encantado de enlazarlo.

Gabriela, en mis fantasías yo también soy guapo e inteligente, pero la realidad me suele llevar la contraria.

Odalys -

¿Y cuál es el enlace al blog de Enkidu? :(

Odalys -

He estado leyendo sobre tu nueva prole gatuna, enhorabuena. Tampoco he visto esta peli, me esperan en casa 3 de Harry Potter que aún no he visto. Pero recuerdo que desde niña me encantaban todas esas de Ulises, Hércules,.. y claro, es que los héroes me los ponen siempre tan buenos, que no me queda de otra soñar con ser princesa :)

Lo "peligroso" (no encuentro otra palabra) de estas historias contadas es que se tienden a tomar por verdaderas si no buscamos bien en la historia y nos comemos tranquilamente lo que sea que se pinte bonito. Y es peligroso porque si antes existían los juglares, ahora todo eso nos llega en forma de imágenes que de tan bien presentadas damos por hechos.
Has leido "Trenco"?

Gabriela -

No he visto la pelicula; pero tu artículo está tan bien escrito que me pregunto si Dios no ha repartido injustament los dones. No es justo que te haya tocado la belleza y la inteligencia, no es justo. ¡Pero yo estoy encantada dejando rienda suelta a mi fantasía!

Berenice -

Hola, prometo volver mañana para saborear...

enkidu -

Y sigo en el sitio de honor... o soy la pistola más rápida del farwest o éste es el sitio peligroso de la mesa redonda y estoy haciendo el primo.
Vi el sábado el susodicho film y he de decir que...
Vale que Valiant se hizo un cursillo acelerado por correspondencia de estrategia militar sin que los espectadores se enteraran, pero... esas bolas de fuego que lanzaban los sarracenos que parecían misiles scud de como retumbaba el castillo... ¡por la gloria de mi madrerrrrrrr!... ¿qué me dices a eso, Atlante?.
El mejor momento para mi de la peli es cuando Salahadin, mirando con los ojos entrecerrados al inexpugnable castillo de los cristianos, comprende que el que los comanda es Legolas y se da cuén que va a tener que negociar. Saladino piensa: "Oh, Alá nos ampare, con Legolas hemos topado... como se ponga a disparar flechas como loco la hemos cagado... tendré que negociar haciéndome el magnánimo".
No, si imaginación tenemos todos para aburrir.

Por lo demás Orlandito está de toma pan y moja ;)