CULTIVO DE ORO EN LOS VIDEOJUEGOS
Un gold-farmer es una persona que se dedica a hacer dinero jugando a videojuegos en red. Es un nueva forma de negocio cuyo uso se ha extendido y ha generado toda una nueva industria. Ayer encontré una referencia al tema en el blog salmón y comencé a seguir enlaces, dando con gran cantidad de información que quería aparecer en mi blog, y claro, le he dado el gustazo. En los videojuegos multijugador participan un gran número de personas que se dedican a luchar contra enemigos para ganar puntos de experiencia, que les permiten subir de nivel. Pero también se dedican a coleccionar objetos virtuales. El gold-farmer, vende esos objetos virtuales a cambio de dinero real y así comienza este modelo de negocio que arrastra toda una serie de efectos curiosos o impactantes.
No es el único modelo de negocio que existe, en este tipo de juegos, se puede contratar a un tutor y efectuar un power-leveling que consiste en acompañar a un jugador más experimentado que deja débiles a monstruos muy poderosos y permite que sea el contratante quien finalmente lo destruya, de este modo, el contratante consigue una gran suma de experiencia que le permite mejorar a su personaje.
El gold-faming concretamente es ilegal, y los desarrolladores, como Blizzard, por poner un ejemplo, tratan de impedirlo
prohibiéndolo en sus cláusulas de condiciones de uso, pero esto no impide que se haya formado una gran actividad mercantil y que se creen páginas dedicadas a la venta, compra o intercambio de objetos virtuales, como IGE, llenas de gente que quizá quieran imitar a los pioneros del gold-faming, que consiguieron grandes cantidades de dinero ya en los tiempos del Ultima Online y que incluso contrataron a otros jugadores para que hicieran gold-farming para ellos, dando lugar más tarde a verdaderas empresas dedicadas al negocio.
El asunto continúa, en esta actividad comercial, según explica Mario López en su blog, se está moviendo una ingente cantidad de dinero:
Los jugadores de todos los niveles están comprando o vendiendo miles de artefactos procedentes de los juegos: armas, armaduras, vehículos de transporte o, incluso, personajes. Los bienes sujetos a transacción son virtuales, pero el dinero que se maneja es bien real. Recomiendo a los escépticos que hagan una búsqueda entre los millones de artículos subastados en eBay. En unos minutos he encontrado literalmente cientos de espadas, armaduras o caracteres de media docena de juegos. Por ejemplo, un grupo de cinco personajes nivel 60 para World of Warcraft se está subastando a 710$ en el momento de escribir esta entrada. En los 4 días restantes, la puja superará probablemente los 800$.
Según los cálculos de Castronova, un jugador en Everquest "gana" unos 3.42$ cada hora que pasa en el juego. Todos los jugadores han generado un Producto Interior Bruto estimado de unos 5 millones de dólares, lo que haría de este mundo virtual la 77ª economía del planeta, situada a medio camino entre Rusia y Bulgaria. De acuerdo con los datos que ofrece Castronova, estaríamos hablando de un mercado global estimado de casi 900 millones de dólares. Es para tomárselo en serio.
Ahora se entiende mejor porqué aquél chino acabó con la vida de otro por haber vendido por 700 euros una espada virtual conseguida entre ambos.
Porque a los orientales les ha dado muy fuerte por este tipo de actividad, sobre todo a los chinos, para los que una de estas ventas les supone una entrada de dinero muy importante. Estamos hablando de jugadores de bajo nivel económico que venden a jugadores de occidente, con algo nivel económico, obteniendo grandes ingresos. Es tan grande el número de gold-farmers chinos que se usa chinese farmer como sinónimo. E incluso, en los juegos online parece que se han creado brotes racistas hacia ellos y los jugadores hacen pruebas a otros jugadores antes de permitirles acompañarles, para ver si se trata de un jugador chino y según he leído en algunos juegos como World of Warcraft hay registrados más de un millón de jugadores chinos, así que no es difícil dar con ellos. Como explica este enlace, los reconocen interrogando a los jugadores usando el chat que incorpora el juego y analizando su inglés, si no es lo suficientemente bueno o tiene alguna falta de ortografía típica de jugadores chinos, se considera un gold-farmer, el problema es que se puede tratar de un jugador europeo que será igualmente rechazado, aparte, de que no todos los jugadores chinos son gold-farmers. Al final, se convierte en un motivo de discriminación.
Este resquemor hacia los ellos crece porque muchos gold-farmers son agentes subcontratados, trabajan para una empresa que les impone unas cuotas de productividad que deben cumplir y cuando les cuesta llegar a ellas, recurren al juego sucio, robando los trofeos a otros jugadores, atrayendo monstruos demasiado grandes, etc. Estas empresas que contratan gold-farmers no son desconocidas, sino que se anuncian en las revistas del sector y les proporcionan ingresos. Así que hay una gran controversia con el tema.
Termino enlazando a una tira cómica, por suerte siempre hay quien se toma estas historias con humor.
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