Oriente cada vez más cerca (II)
La influencia del mundo oriental es ya evidente en nuestra vida cotidiana. Vemos, por ejemplo, a los chicos pirateándose las últimas series de Anime y colocando el chip pirata en la Playstation. También los vemos peinándose los pelos de punta, a lo Son Goku y asistiendo al cine a ver la última gran producción del estudio Ghibli o de Takeshi Kitano. No sólo tenemos cerca su enormemente poderosa industria del ocio, también su filosofía. El otro día, cuando llegó la omnívora Beta-Alfa-Pí, realizamos un intento de aproximación de las nuevas generaciones gatunas a la filosofía del Tao, para que no se quedaran fuera de la nueva moda. En un solo momento sentimos temblar el cosmos. El pequeño Lao-Tse peludo abrió los ojos y leyó el siguiente poema, una composición triste llamada soledad con la que se identificó plenamente:
No conozco nada y nada me preocupa.
No veo diferencia entre sí y no.
No veo diferencia entre bien y mal.
No temo aquello que la gente teme en la noche.
La gente está feliz como en una fiesta suntuosa
O jugando en el campo en primavera;
Pero yo permanezco tranquilo y vagabundeando,
Como un recién nacido antes de aprender a sonreír,
Solitario, sin hogar.
La gente tiene lo suficiente y para compartir,
Pero yo no poseo nada,
Y mi corazón es ignorante,
turbio y ensombrecido.
La gente está radiante y segura,
Mientras yo sigo ciego y confuso;
La gente es inteligente y sabia,
Mientras permanezco torpe e ignorante,
Sin objetivo, como una ola en la superficie del mar,
Sujeto a nada.
La gente está ocupada con un propósito,
Mientras sigo impractico y tosco.
Estoy aparte del resto de la gente
Todavía sostenido por la Naturaleza.
El Lao-Tse peludo comprendió entonces que había alcanzado la iluminación. Más aún, vio que el camino del Tao era completamente compatible con el estilo de vida gatuno. Allá donde los humanos tardan décadas en comprender la esencia de la felicidad y del universo, los gatos son uno con ese conocimiento nada más nacer. Esa es la verdad que los hace tan especiales.
Ahora que sabe la verdad, nos estamos preguntando cómo reaccionarán los demás: La Princesa ante un hijo iluminado que le maulla koans y haikus, el Papa ante la competencia y Gataparda ante un nuevo pequeño saltamontes. Pues ya se verá, dejemos fluir a la vida.
De momento ya le he escuchado decir todo esto:
A Gataparda:
Noche sin luna
oculto en las sombras
el gato aguarda
Al Papa:
No hay silencio mayor:
dormido en el azogue
un gato blanco.
A la Princesa:
Sobre el tejado
un gato se perfila:
¡La luna llena!
No conozco nada y nada me preocupa.
No veo diferencia entre sí y no.
No veo diferencia entre bien y mal.
No temo aquello que la gente teme en la noche.
La gente está feliz como en una fiesta suntuosa
O jugando en el campo en primavera;
Pero yo permanezco tranquilo y vagabundeando,
Como un recién nacido antes de aprender a sonreír,
Solitario, sin hogar.
La gente tiene lo suficiente y para compartir,
Pero yo no poseo nada,
Y mi corazón es ignorante,
turbio y ensombrecido.
La gente está radiante y segura,
Mientras yo sigo ciego y confuso;
La gente es inteligente y sabia,
Mientras permanezco torpe e ignorante,
Sin objetivo, como una ola en la superficie del mar,
Sujeto a nada.
La gente está ocupada con un propósito,
Mientras sigo impractico y tosco.
Estoy aparte del resto de la gente
Todavía sostenido por la Naturaleza.
El Lao-Tse peludo comprendió entonces que había alcanzado la iluminación. Más aún, vio que el camino del Tao era completamente compatible con el estilo de vida gatuno. Allá donde los humanos tardan décadas en comprender la esencia de la felicidad y del universo, los gatos son uno con ese conocimiento nada más nacer. Esa es la verdad que los hace tan especiales.
Ahora que sabe la verdad, nos estamos preguntando cómo reaccionarán los demás: La Princesa ante un hijo iluminado que le maulla koans y haikus, el Papa ante la competencia y Gataparda ante un nuevo pequeño saltamontes. Pues ya se verá, dejemos fluir a la vida.
De momento ya le he escuchado decir todo esto:
A Gataparda:
Noche sin luna
oculto en las sombras
el gato aguarda
Al Papa:
No hay silencio mayor:
dormido en el azogue
un gato blanco.
A la Princesa:
Sobre el tejado
un gato se perfila:
¡La luna llena!
10 comentarios
Atlante -
enkidu -
Yo me estoy leyendo ahora un ensayo que se llama "Zen, mística y abstracción", me lo ha dejado un amigo que es pintor abstracto y practicante de la meditación Zen... la verdad es que es interesante y relaciona cosas que yo no sospechaba que pudieran tener relación entre si.
Encabeza el libro una frase del Maestro Eckhart que tiene mucha miga: "Ruego a Dios que me libre de Dios".
El misticismo cristiano y el oriental tienen muchos puntos en común y uno de ellos es la idea de vacuidad, de encontrar a Dios en el vacío de uno mismo.
Besitos.
Atlante -
Berenice -
Me encanta la peli de Cuerda, me parece algo tan extraño como lo del sol por Antequera... La veo de vez en cuando, para oxigenarme de tanta estupidez como anda suelta.
Para Atlante:
Sigo esperando una solución para el pequeño Fox, que parece haberse apuntado al orientalismo de lo inevitable. Ni por equivocación desciende al piso bajo. Ha reducido estoicamente su ración de caricias.
La cultura oriental es una desconocida para nosotros. Esteticamenente es muy atractiva (las montañas diluyéndeose en mares de bruma...). la sencillez en algunos casos y el barroquismo absoluto en otros. Pero es cierto que acercarnos a su filosofía, a su manera de entender la vida es muy difícil. Siglos de diferencias nos separan.
Un besito a Lao-Tse. y otro para nuestro macho alfa, por los poemas.
Gatopardo -
Sefarad -
En fin, ahora viene la parte amable. Soy un admirador de la cultura oriental, de hecho leo y veo películas que vienen de ese continente. China, Japón, Vietnam, la India... viven en colores (que no de colores) y es algo que intento hacer con mi día a día.
Un abrazo
enkidu -
¡Fiesta de primavera!
una copa de vino joven, una canción y tres deseos...
Que tú, Señor, vivas mil años,
que mi cuerpo no envejezca nunca
y que, como las golondrinas del tejado
de año en año, podamos volver a vernos.
Besitos.
enkidu -
La única pega que noto yo es que se está haciendo un poco de taco entre el taoismo y el budismo... que no son lo mismo.
Cuando acabe con ese libro, le puedes recomendar que se inicie en la milenaria sabidurías del I Ching... a lo mejor tiene dotes adivinatorias y se hace de oro leyendo la buenaventura a todos los gatos del lugar.
Preséntale mis respetos al honorable Lao-Tse peludo.
Atlante -
Por cierto, por si no lo sabías, también juego N.O. y llevo a la Brujah príncipe ;) Espero que lo pasemos bien en la partida.
Margaretta -