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Atlante

ELLA

ELLA La gata peluda y trompuda beta es una criatura misteriosa y temida. Silenciosa, avispada y certera en sus ataques, es el terror de los otros felinos del territorio, quienes sienten a diario su inquisitiva mirada fija en sus pieles peludas. Como si los evaluase. Como si la gata estuviera aprendiendo todos sus secretos. Esta gata tiene muchos nombres: la temible, la peligrosa, la hostigadora, la mordaz, pero el nombre con el que la mayor parte de los seres vivos la conocen es... la gataparda. Cualquier parecido con otro nick que circule por internet es pura coincidencia.

Era pequeña y sus hermanos dedicaban los días a mamar en abundancia, llevados por sus pasiones alimenticias. Ella sin embargo, alejada de tales pasiones, sentía la atracción de lo desconocido. Miró más allá del refugio materno y comenzó a adentrarse en lo que más tarde reconocería como un mundo oscuro, inquietante, pero revelador. Gataparda vio la puerta abierta. Entró. Vio una cama. Se subió a ella. Sobre la cama, como no, había un libro (sería de mi hermano). Lo abrió y lo leyó. Ya no volvió a ser la misma. Terribles conocimientos invadieron su mente. Su consciencia despertó y al poco, lo comprendió todo. Aturdida por la enorme asimilación de datos que había obtenido sobre la vida y la muerte, Gataparda trató de volver junto a su madre. Intentó beber de ella. Pero tras los primeros sorbos notó que su inocencia había desaparecido y en realidad, lo que necesitaba era entender. Buscar porqués.

Miró a los omnívoros bípedos. Eran criaturas extrañas. Gataparda vio que cada uno de ellos se dividía en dos imágenes similares, una superpuesta a la otra. También pudo ver que en el suelo, como acompañándoles, había una figura oscura y amorfa, con dos cabezas y cuatro brazos. Esa visión tan espeluznante se explica porque Gataparda era bizca (mirad bien la foto) pero ella, al no haberse mirado nunca al espejo, extrapoló una conclusión de sus conocimientos recién adquiridos: esa figura que reptaba por el suelo se llamaba “Ello”. La figura superpuesta era el “super-yo” y la figura restante el “yo”. El libro... estaba en lo cierto.

¿Eran ciertos entonces el resto de párrafos leídos? ¿sublimaban los omnívoros bípedos a su madre y a su padre? ¿sublimaban a Dios por encima de todas las cosas? ¿sublimaban los bienes ajenos? ¿sublimaban a la mujer del prójimo? (síiii) ¿y los actos impuros? ¿los sublimaban o los guardaban en el subconsciente? ¿Tomaba por las noches el control el Ello y recorría sus sueños sin atadura alguna? Cuando soñaban con nubes ¿estaban soñando con sexo? Cuando soñaban que caían, ¿estaban soñando con sexo? Cuando soñaban con sexo ¡¡¡¡Conqué pijo estaban soñando!!!!

Gataparda se retiró a meditar sobre ello. Cuando se medita, ¿se está sublimando el sexo?

Moraleja: Nunca leas las pajas mentales de Freud. Producen sublimaciones indeseadas.

9 comentarios

Berenice a punto de perder su reputación -

Para Mon:
¿No me digas que también tienes un siames...? ¡La leche con las coincidencias! ¡Perdón por la expresión, que ya sé que no es mi estilo, pero la ocasión se lo merece, ¿no es cierto, Mon querida...?

Berenice -

Sí, señor Atlante, pero mi gato no responde a mi nombre, sino al SUYO, Fox. Y si te pasas por mi isla, tendré el gusto de presentártelo.
Por cierto, paso al correo normal, que figura a pie de página, con su permiso, para hacerle unas preguntitas sobre inserción de fotos en web, que me traen por la calle de la amargura... ¡Compruebelo en la isla!
Un besito, incrédulo. Que sí, que responde a cosas tan absurdas como: "Ven, Fox, vamos a dormir" Algo entenderá cuando se viene, ¿no? aunque sea el gesto de lanzarlo sobre la cama...

Mon -

maravilloso post... fascinante la micha (tengo una igualita que se llama Luna)... idénticas conclusiones a pesar de ser psi.
por cierto... meditar es una buena manera de sublimar.
la única que me permito en mis contadas situaciones de abstinencia :))
besos.

Atlante -

En serio dices, Berenice, que tu gato responde a tu nombre... eso es que estudió idiomas. Estos que yo fotografío son demasiado gandules para hacer algo como eso.

Hermione -

Mira él cómo se guardaba ese estilillo suyo para su propio blog...
Felicidades y que no "te quemes" nunca :))

Berenice -

Pues tu gata sería la compañera adorada de mi Fox. Él anda ahora meditando sobre la ingratitud de quien se decía su amiga (yo) Y por las noches se acurruca en mi regazo, para hacerme sentir culpable. Supongo que, como la tuya, ha leído a Freud, pues con cada una de sus miradas azules me dice que ha metido al enemigo en su casa. Y aún así, me ama...

¡Cosas de gatos! Por cierto, te leí que los gatos no responden a su nombre. El mío sí. Desde muy pequeño acudía a mi llamada. En el fondo creo que tiene complejo de perro, por eso lleva tan mal que Frodo le recuerde lo que siempre ha querido ser y nunca se ha atrevido a admitir...

Me ha encantado el texto y me gusta tu capacidad de observación con los animales.

Un besito desde la isla...

Gatopardo -

Atlante, príncipe mío: si no te hubieras ganado anteriormente mi admiración, solamente por soportar a esa gata bachillera y bisoja y describir su periplo intelectual con tanta lucidez me tendrías a tus pies. ¡Qué paciencia has de tener! ¡Eres un as!

Odalys -

Qué cómico, me encanta como escribes.
Ay, mijito, pero no escribas tanto que no te puedo seguir la pista! :(
Besotes :)

Gabriela -

Por tu culpa la pobre agüela ha estádo a punto de morirse con un ataque de risa. ¡A su edad no deberías hacerle esto!