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Atlante

¿Nuevo orden virtual?

ffuente: http://www.geocities.com/CapitolHill/3162/nov.html
por Jose Carlos García

No siempre las peores intenciones acaban por conseguir sus óptimos resultados. En el caso de Internet, el encargo del Departamento de Defensa de los EE.UU. a las universidades para lograr ser invencible, terminó siendo un arma de doble filo. Necesitaba un sistema que pudiera sobrevivir a un ataque masivo en caso de guerra nuclear. La solución fue descentralizar y luego interconectar entre sí los ordenadores de las bases militares por medio de una red.

Esta idea fue rescatada por las universidades subvencionadas y propagada por los foros de aficionados a los microordenadores, "hackers" y activistas, que empezaron a ver en aquel medio una posibilidad de cooperación a distancia entre grupos afines dispersos geográficamente. Comenzaron a proliferar nodos de comunicaciones (BBSs) por todas partes, los cuales se conectaban periódicamente entre sí por medio del teléfono. Cada vez más gente utilizaba este método de una manera anónima y comenzaron a crearse las llamadas comunidades virtuales. Curiosamente, con la intención de conseguir un ejército invencible, se construyó una red incontrolable, incensurable. Pretendiendo una comunicación entre los grandes ordenadores militares se acabó comunicando a personas y colectivos por medio de microordenadores.

Estas pequeñas redes se fueron interconectando hasta llegar a un complejo sistema que cubrió toda la superficie del planeta: Internet. Sin estrutura jerárquica ni órgano de gobiernos, principalmente tenía un uso civil y científico. Grupos muy variados se enviaban mensajes, imágenes, documentos, etc. de una forma más cómoda y barata que con el conocido fax. Aunque para ello se necesitaba un ordenador con módem y una línea telefónica. Esto creó la primera zanja entre los ahora llamados info-ricos e info-pobres.

Y ocurrió que, desde el mundo científico -esta vez con unos fines nada perversos- se inventó un método para poder unificar el modo de acceder a la información que había repartida por los ordenadores. Se llevó la idea del hipertexto al ámbito de las redes. Un texto que tuviera dentro de sí referencias a otros, dentro del mismo ordenador o en cualquier otro conectado a la red, podría llevarnos, sólo manejando el ratón, a obtener ese otro texto referenciado. Así se podría construir la biblioteca virtual más grande del mundo y hacerla accesible a la gente. A este invento se le denominó "web" (telaraña) y a la acción de moverse entre los textos referenciados o enlazados se le llamó "navegar".

Desgraciadamente esto se desvió hacia otra parte, pues las potencialidades del uso civil se esfumaron rápidamente en cuanto llegaron los mercaderes. Éstos vieron las posibilidades que brindaba el nuevo medio: mayor información sobre las preferencias de sus clientes, publicidad dirigida y adaptada, la teletienda perfecta. Se comenzaron a crear grandes centros virtuales de entretenimiento/publicidad que intentaban atrapar la atención del "navegante", pues tal era la cantidad -todavía hoy crece exponencialmente- de nodos conectados a la red que navegar resultaba a veces improductivo y aburrido.

Recientemente, con la excusa de liberar a los usuarios de la necesidad de buscar entre la increíble cantidad de datos disponibles, estan apareciendo ofertas de suscripciones a centros de información que preseleccionan y adornan con anuncios la misma, salvándonos de una bulimia informativa. Estos agentes evitarán cualquier sorpresa en nuestro buzón personal. Una vez caracterizados perfectamente no tendremos por qué preocuparnos en explicar nuestros deseos y preferencias. Así pasamos de un uso activo de la red a ser meros espectadores pasivos, como ocurre con la TV.

Resulta más interesante ir a la deriva por el océano del web que ser atrapado en uno de esos gigantescos remolinos; más gratificante el Caos de la información desordenada que el Orden de los nuevos centros virtuales; más edificante el hipertexto que nos lleva a todas partes que el que nos dirige continuamente al mercado. Porque sólo con esa deriva podemos encontrar auténticas sorpresas, descubrir a otras personas o grupos de cualquier parte del mundo con problemas o intereses afines. Y de ahí a la cooperación, o como mínimo al intercambio de experiencias, no hay casi ni un paso.

Es posible llevar a la práctica aquella frase de "piensa global, actúa local". Por medio de Internet se han podido difundir los hechos ocurridos en Tiananmen, Timor, la Guerra del Golfo y Bosnia; han tenido portavoces grupos como el EZLN, el MRTA, se han orquestado campañas de mensajes masivos en protesta por las pruebas nucleares de Mururoa, en contra de sentencias de pena de muerte, etc. Ya está siendo utilizada por infinidad de movimientos radicales (situacionistas, ecologistas, gays y lesbianas, educación alternativa, crítica de medios de masas, etc.) y sociales (ONGs, asociaciones de vecinos, plataformas, etc.).

Sin embargo hay mucho escéptico y reacio a usar este medio. La alienación que provoca el ordenador y los efectos que tiene tanto en la gente "conectada" -enganchada- como en los que aspiran a estarlo, quedan en segundo lugar ante la mayor amenaza que suponen las intenciones del Mercado con este invento. El conglomerado se compone de compañías de telecomunicaciones (AT&T, MCI, BT, DT...), empresas de informática (Microsoft, IBM, Sun,...), grandes corporaciones multimedia (Disney, Time Warner, NBC,...) y, finalmente, las empresas de marketing. Se producen cada vez más fusiones y acuerdos incluso entre empresas de distintos sectores. Mantienen una lucha encarnizada por conseguir la mayor cuota de mercado posible, por afianzarse en nuestras pantallas. Para ello invierten varios miles de millones de dólares anuales. Sería ingenuo pensar que el pueblo tiene algo que ganar con todo esto...

Sin embargo, si no le ponemos remedio podemos perder una herramienta potencialmente subversiva, creadora de infinidad de alternativas, de nuevas formas de comprender el mundo, y que permite cooperar a distancia (por muy impersonal que sea). La Red está ahí para usarla como uno tenga a bien, para conseguir los últimos juegos de ordenador (se ha convertido en un medio de intercambio de programas piratas), para conocer gente (incluso enamorarse...), para creerse uno que se está divirtiendo o informando, o para sacarle jugo. Mejor sería adentrarse en el océano desordenado, lleno de ruido, e ir descubriendo esas islas perdidas de las que antes hablábamos; y después, quizás, fundar nuestra propia isla dentro del archipiélago. Lo único que podemos decir es: "Navegante no hay camino,..."

4 comentarios

Ana* -

Ah, bueno, pero mientras nos dejen movernos y poner cosas a nuestro aire tampoco hay mucho problema, creo yo. El caso es que las news de Google las conocía hace tiempo y sin embargo no las utilizo (y del boletín ese ni te cuento).
Y gracias por ocuparos (prefiero llamarlo así) de mí. Todo va razonablemente bien, anduve agobiada y me tomé un respiro, pero ya mismo vuelvo, poco a poco (eres el primero al que dejo el enlace ;-))
Besos

Atlante -

Se refiere a cualquier página encargada de agrupar contenidos y presentarlos a los subscriptores, como podría ser el boletín que enviaba Libertad Digital. Pero también se puede considerar como similar las news de Google o cualquier página que agrupe noticias como esta que te pongo que es interesante.

http://www.cafebabel.com/es/default.asp

Teniendo la información agrupada, es más fácil controlarla.

Un placer leerte, Ana, hace unos meses nos preguntábamos qué sería de tí. Espero que todo vaya bien.

Un beso.

Ana* -

"Recientemente, con la excusa de liberar a los usuarios de la necesidad de buscar entre la increíble cantidad de datos disponibles, estan apareciendo ofertas de suscripciones a centros de información que preseleccionan y adornan con anuncios la misma, salvándonos de una bulimia informativa"
Me dejas preocupada. ¿A qué se refiere?

Gatopardo -

http://khandika01.blogspot.com/2004/12/diccionario-blog-para-burcratas-y.html
El día que los médicos, los abogados, los internautas dejen de cifrar su sabiduría con un argot propio y cerrado a la comprnsión del resto, el resto de la humanidad sabremos que la pasividad con la que aceptamos sus designios era totalmente absurda.