Blogia
Atlante

REFLEXIONES SOBRE LOS COLECTIVOS

La evolución es un proceso prodigioso que nos ha llevado a convertirnos en los seres vivos más adaptables y con más posibilidades de engordar del mundo. Todo eso, claro, si las teorías evolutivas son ciertas, que ya se sabe que el Diseño Inteligente está cada vez más presente en nuestras vidas y tampoco hay que despreciarlo. No se puede decir que Dios no exista y que no piense en nuestro bien, al fin y al cabo, nuestra especie es de las que más relaciones sexuales tiene del reino animal y eso es algo que todos agradeceríamos a un creador del universo. Es realmente digno de elogio, que un ser todopoderoso haya dado forma a nuestro mundo a partir del polvo cósmico para que nosotros podamos disfrutar de nuestros polvos hogareños.

La evolución es algo que nos rodea por doquier, pues no sólo afecta a los seres vivos, sino que también se podría pensar que muchas otras cosas evolucionan. Nuestras herramientas evolucionan, más bien nosotros las hacemos evolucionar, para que se adapten mejor a nuestros necesidades y nos permitan esforzarnos menos, para así, engordar más, algo que forma parte del sentido de la vida humana.

Otro tipo de evolución es el de los colectivos, es decir, la evolución de las agrupaciones sociales humanas. Los colectivos llevan evolucionando desde que el hombre comenzó a hacer como que razonaba y hoy por hoy, estamos rodeados de formas bastante perfeccionadas, como pueden ser las empresas, las religiones monoteístas y las agrupaciones estatales. Por supuesto, toda esta evolución va dirigida a que esas agrupaciones se extiendan, se adapten y perduren, pero con el proceso han ido haciéndose más frías, más dadas a la búsqueda de resultados, a perseguir el beneficio. Las empresas ya han alcanzado nivel mundial y por suerte las leyes de competencia las tratan de contener un poco. Las religiones pasaron de formas politeístas a monoteístas y orientadas a la sumisión de sus miembros. Las comunidades económicas, federaciones, etc, son el siguiente paso evolutivo de los países hacia formas más grandes y difíciles de comprender por sus ciudadanos.

¿Qué hace triunfar a un colectivo? Hasta hace pocos años era todo cuestión del número de seguidores que tenía. Cuantas más personas y territorio fueran absorbidas más capacidad para producir y así, los países trataban de extender su cultura mediante la conquista, las religiones de hacerse atractivas para el pueblo y las empresas de conseguir trabajadores a buen precio (esto es, con malos sueldos). De este modo, la evolución de estos colectivos es una historia en dos partes: cómo se hicieron atractivos para las personas ofreciendo algo a cambio de su pertenencia y cómo se las apañaron para hacerles trabajar más sus propios recursos a cambio de menos. Las empresas ofrecen beneficios económicos por el esfuerzo. Las religiones dan esperanza y resignación a cambio del trabajo para los poderosos (bueno, este quizá no fuera su sentido original, pero acabó siendo su principal medio de expansión). Los mega-estados ofrecen la sensación de pertenecer a un grupo fuerte, que no tendrá miedo ante el resto de estados del mundo.

Cuanta más atractiva es la oferta para las personas, o para los poderosos, más evolucionado se puede considerar. Aquellos colectivos que no ofertaban bien y no impulsaban el trabajo de sus miembros hace tiempo que se extinguieron. Por eso, para la mayoría de estos colectivos el hedonismo, el disfrute, era una lacra. Ahora lo es menor, pues el hedonismo es la base del consumismo. Pero antiguos estados o las religiones actuales ven mal todo lo que no representa un incremento del número de sus miembros o del trabajo de estos. Quizá sea la causa, por poner un ejemplo, de la persecución que se suele realizar sobre los homosexuales, ya que esa forma de comportarse es hedonista y claro, poco reproductiva, lo que impide que la sociedad se expanda. El matrimonio también es un medio para hacer que los hombres trabajen más por su colectivo (religión, país), en vez de dedicar su tiempo a satisfacer sus necesidades sexuales. Muchos tabúes o normas sociales se explican como normas que permiten que las personas dediquen su tiempo al colectivo.

2 comentarios

Atlante -

Con la manipulación de masas se puede orientar a toda una sociedad, pero debería ser cierto lo que dices: Con los nuevos medios de comunicación ciudadana deberíamos estar un poco más protegidos.

Esbrújulo -

Sin embargo cuanto mayores se vuelven estos colectivos más se diluye la presión directa sobre los individuos para someterlos a los intereses de la comunidad, o mejor dicho de quienes la controlan.
Ya resulta impensable una vuelta a la inquisición y todavía era peor en las primitivas tribus donde todo el que pensara o actuara de forma un poco distinta al modelo era eliminado inmediatamente.
En la actualidad la presión se basa cada vez más en la coacción y el engaño en lugar de la fuerza, lo que es más fácil de resistir. Y cada vez son más los que lo hacen.
Esto puede suponer una esperanza para el futuro.