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LA INTERCEPTACIÓN DE COMUNICACIONES

retencion

El 25 de abril de 2005 se aprobó un reglamento (pinchar aquí para verlo) que permite al gobierno poner en marcha un sistema de intercepción de comunicaciones privadas. No es normal que todas estas maniobras pasen tan desapercibidas para la opinión pública y que la gente no sea consciente de que se puede autorizar el espionaje a nuestras comunicaciones. Lamentablemente hacer pasar a los ciudadanos leyes que atentan a sus intereses de un modo subrepticio es una de los más “hermosas” artes que puede refinar un político. Que exista la intercepción de datos ordenada por el poder judicial puede ser considerado como algo necesario, pero lo curioso de este asunto es que parece que el poder judicial no ha intervenido en la confección del reglamento y que ha sido el gobierno el que, incluso contraviniendo la ley orgánica del poder judicial, ha decidido crear los mecanismos necesarios para el espionaje de los ciudadanos y crear la figura del “agente facultado” que tendría permiso para indagar en nuestra vida privada sin garantías por nuestra parte de que nuestra intimidad será protegida. La Asociación de Internautas se queja de la irregularidad de la ley en el siguiente enlace (pinchar aquí)

Por un lado está claro que el poder judicial ha de tener herramientas para perseguir a un criminal, por otro, es demasiado sencillo que tal información pueda copiarse y distribuirse sin nuestro consentimiento. Es un tema muy delicado, ya que cualquier conversación entre dos personas que tienen confianza puede contener un lenguaje casi cifrado, que no puede comprenderse sin tener un conocimiento de su vida personal, es decir, un lenguaje que no pueda comprenderse sin conocer el contexto bajo el que se emite. Existe este peligro, existe también la posibilidad de que se recojan comunicaciones casuales y se exagere su importancia. Cualquiera que se ponga a pensar en ello descubrirá muchos eventos indeseados que se pueden producir.

El mayor problema, sin embargo, es que este reglamento, que ni siquiera parece haber seguido el procedimiento ordenado por la constitución para este tipo de normativas que se oponen a un derecho fundamental, puede ser la base de próximos reglamentos aprobados del mismo modo que vayan adjudicando más competencias a expensas del poder judicial. Se rompe así el equilibrio de poderes y se permite que los ciudadanos estén desprotegidos ante las acciones de cualquier corrupto de turno, es decir, cualquier interesado en mantener su poder a toda costa o impedir que la ciudadanía pueda oponerse a sus intentos de lucrarse.

Nos la han colado, como escribe David en su blog (pinchar aquí). Nos la han colado con cuidado, con un pequeño paso al que le puede seguir otro y otro para crear todo un sistema de control desproporcionado sobre las actividades de los ciudadanos. Es el proceso habitual, ningún político comete la imprudencia de coartar las libertades de las personas de un modo tajante, sabe que provocaría rebeliones. Sin embargo, coartar poco a poco, esperando que la atención de los medios esté en otro lugar o que la ciudadanía no vaya a reaccionar porque algo, como el consabido miedo, le permite justificar la acción, ese es el procedimiento que siempre se lleva a cabo. Hay que tenerlo en cuenta, las libertades se eliminan poco a poco. Para recuperarlas sin embargo siempre es necesaria una crisis social. Las libertades se imponen de golpe y luego se eliminan con cuidado, para el beneficio de quienes quieren mantenerse y perpetuarse en el poder.

Es por esto que, aunque realmente no fuera el caso y los políticos sólo establecieran unas leyes necesarias para la eficiencia judicial y policial, los ciudadanos tienen que oponerse a que se salten las normas del juego. Los poderes del estado están separados para impedir las acciones dictatoriales. La uniteralidad, la centralización, siempre dan pie a que los poderosos desprecien a las personas más humildes para conseguir sus logros. Es una constante en el ser humano, demostrada en un ciento por ciento de los casos a lo largo de la historia, que el ser humano tiende a sacar beneficio de su situación, lo que él suele interpretar como “hacer las cosas inteligentemente” sin importarle las consecuencias que acarrea sobre los que no conoce, generalmente, las personas que no se dedican como él a perseguir la ventaja a toda costa.

Para terminar esta entrada del blog, quiero poner un enlace a una de las entradas de Gatopardo, en la que se analiza cómo poco a poco se anularon las libertades de los judíos en la alemania nazi. Aclaro que no pretendo comparar la actuación de nuestro gobierno y la interceptación de comunicaciones con la tiranía nazi, sino hacer constar cómo se lleva a cabo el proceso de destrucción de derechos. Poco a poco, de tal modo que sea una minoría los ciudadanos que alce la voz. Los demás ciudadanos no tendrán ganas de meterse en problemas por tan poca cosa, mientras creen que nunca les alcanzará el peligro (pinchar aquí para ir al blog).

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